Liberandola de las cadenas

No se porque Gran habia hecho todo esto, pero estaba eternamente agradecida, no habia podido estar con Lay de esta forma desde que lo habíamos hecho a las afueras de Dublín. Que pensándolo bien tampoco habia pasado mucho, pero deseaba estar con ella, quería erizarme con los toques de su piel, al sentir su perfume natural, ella no sabia lo mucho que lo necesitaba.

Además llevaba días aguantándome las ganas de querer hacer el amor con ella. Despues del dulce beso que nos dimos, sin importar si Gran se habia marchado o no, comencé a desnudar a Lay, que no puso resistencia y la acosté sobre el pasto. 

Admiraba cada una de sus cicatrices, me resultaba sexy y triste a la vez, todo su cuerpo estaba llena de ellas, pero por alguna razón me incitaba a querer recorrerlas con mi lengua, así que eso hice.

Cada vez que pasaba por zonas donde ella era más sensible soltaba pequeños gemidos, cerca de su pecho, su axila, cuello y pelvis eran sus puntos dulces, así que en ellos era donde me tomaba más tiempo para jugar con mi lengua.

-Ami... déjame hacerlo a mi también, ¿podrías? - pidió Lay, con una cara llena de pudor donde no fue capaz de mirarme a la cara, eso fue tan dulce que me éxito demasiado.

-Soy toda tuya Lay, adelante, as lo que quieras conmigo.

Lay comenzó a desabrocharme el camisón para que quedara más suelto, pero no me lo saco, simplemente lo levanto, dando espacio para que me manoseara uno de los pechos. Lo hacia delicadamente, como si tuviera miedo de romperlo cosa que me resultaba cariñoso, porque se notaba la inexperiencia que tenia. Realmente tampoco puedo hablar mucho, ya que, mi única experiencias a sido con ella. 

Habia algo en las callosas manos de Lay que se sentían agradable cuando me toqueteaba, era agradable.

-Amor puedes lamerme los pezones mientras me apretas las caderas.

-Por su puesto Ami, solo dime lo que quieras que haga, y lo cumpliré. - me dijo Lay.

Cuando nuestras miradas se unieron, me di cuenta del esfuerzo que Lay estaba haciendo, en sus ojos no habia nada más que miedo, quería complacerme y luchaba contra ello. Lay me dio un beso el cual fue mucho más juguetón de lo normal, ella mordió mis labios con algo de fuerza, de hecho me los rompió un poco y luego bebió la sangre que broto de ahí, lamiendo un rato más mis labios.

Fue algo raro, pero si quitaba el pequeño dolor que en un punto fue hasta agradable, fue muy excitante, despues de ello, Lay comenzó a hacer lo que le pedí, jugaba con mis pezones. Los lamia y chupaba con tanta efusividad que parecía como si esperaba que saliera algo de ellos. Era tierno verla lo comprometida que estaba, pero me gustaria más sabiendo que ella estuviera disfrutando al igual que yo.

Sin esperármelo ella bajo hacia mis piernas, de manera brusca me saco los pantalones y desato la tela que solía ocupar como calzón.

Ella me miraba con la respiración agitada, enserio estaba haciendo un esfuerzo enorme, incluso le cayo una lagrima sobre los ojos cuando me contemplaba.

-Lay si deseas parar, podemos hacerlo, puedo masturbarme yo sola para quitarme la calentura, solo no te quiero ver mal, no te esfuerzos de esa manera, yo entiendo lo que te sucede. - le dije mientas me sentaba para abrazarla por la cintura.

-No Ami, no quiero más esto, tengo que hacerlo, tengo que ser libre, quiero poder disfrutarte sin culpa, quiero amarte sin tener que odiarme por ello, quiero ser una con la persona que amo, que ya no tener que escuchar estas voces en mi cabeza cada vez que intento hacerlo contigo, o lucho, yo quiero ser feliz.

Pense que se iba a poner a llorar, la mueca que puso en su rostro era dolorosa, y finalmente me empujo con fuerza, agarro mi cintura, y ella bajo por ella. Jugo un puco con mi bello, a lo que dijo que le gustaba su color rojo, eso fue algo raro, pero no le iba a decir nada, menos cuando estaba dando todo de si, además casi encontré algo lindo lo que dijo, tanto que no pude evitar sentirme avergonzada como una niña enamorada.

Ella ocupo su lengüita, lamia mi entrepierna, sin todavía pasar por mi vagina. Estaba excitándome demasiado, tanto que de a poco me fui perdiendo en el placer que Lay me estaba generando. Nunca pense que iba a tomar las riendas como ahora, y cuando ella lamio mi clitoris no pude evitar de gemir. Ella jugueteaba con el, como si estuviera lamiendo miel. 

Sabia que estaba tan mojada porque las veces que Lay se detenía para mirarme, como preguntándome si lo hacia bien, ella tenia toda su boca empapada de fluidos. El placer que sentía se intensifico cunado ella metió un dedo dentro de mi, estaba perdiendo la cordura, no sabia cuanto rato habia pasado, pero de apoco los dedos que metía iban aumentando hasta que llego al tercero, yo ya estaba en mi limite.

-Lay...Lay...Lay... voy a....

Ni siquiera pude terminar de avisarle, simplemente explote, mi cerebro se fundió o eso creí al menos por unos segundos, me reía sin saber porque de manera silenciosa. Mi cuerpo daba espasmos contestemente mientras que mi vagina no paraba de centrarse.

Cuando mire a Lay me di cuneta que su rostro estaba empapado... no sabia si me habia orinado en ella, o que paso. No, recuerdo que una vez me explico esa mujer del burdel que se llamaba Laura que cuando llegas a un gran punto de excitación dejas salir una cantidad de fluidos acuosos, supongo que debería ser eso, pero Lay me miraba sin saber que hacer.

-Perdón, no quise mojarte así, no pude controlarlo, pero es algo normal que suceda eso. Lay estuviste fantástica.

Ella no dijo ni una palabra, si no que se acerco a mi muy ero ticamente, o al menos así lo percibí yo, se acerco a mi boca y me beso, pero cuando lo hizo sentí una sustancia algo pegajosa, eran mis propios fluidos, y Lay me habia besado con su boca llena de ellos, eso me prendió de una manera que jamás pense que podría hacerlo, acaba de tener un orgasmo y quería volver a tener sexo.

Ambas estábamos con las respiración agitada, nunca pense que me agradarían mis propios fluidos, y menos que Lay me pidiera con un rostro perdido en el placer que quería más de ello. Pero vi una oportunidad, no habia miedo en los ojos de Lay, si no que estaba perdida en sus propios deseos.

Tome la incitativa y ahora fui yo la que le arrebato los pantalones, comencé a lamerle agresivamente la vagina, a lo que ella soltaba gemidos en respuesta, dulces gemidos que me incitaban a seguir sin importar nada.. Incluso Lay agarro mi cabeza y me apego con fuerza aun más a su vagina.

-Más fuerte... Ami. - dijo apenas entre jadeos de placer.

Se que este pensamiento era egoísta despues de lo que Lay hizo por mi, pero yo también quería seguir sintiendo más euforia, más de ese dulce placer, con una mano me masturbaba para volver a mojarme, lo necesitaba, simplemente esto se habia convertido solo en deseo sexual, lo que se sintió muy bien para las dos, o seo creo al menos.

Una vez ambas estábamos los suficientemente mojadas, entre cruce nuestra piernas, para que nuestras vaginas se besaran. Ver el rostro de Lay perdida totalmente en la excitación me volvía loca. Finalmente pasaba lo que siempre quise hacer con ella en la cama; que realmente disfrutara.

Ella comenzó a frotar nuestras partes intimas, y mis caderas al poco rato también se empezaron a mover solas, yo fui directamente a chupar los pechos de de Lay casi como si tratara de un rezo religioso. En cambio mi pareja apretaba cada vez más mi cintura contra la de ella, para que los roces de nuestro clitoris fuera cada vez más agresivo y placentero. Seguimos hasta que lo segundos se transformaron en minutos, estuvimos un muy buen rato en esa posición que tanto placer nos entregaba a ambas. Hasta que Lay finalmente se corrio primero, pero su espasmo y apretones desencadenaron el mío que fue un poco menos explosivo que el primero.

Cada una respiraba demasiado fuerte, como si el mundo se fuera acabar. Lay bajo su mano a su vagina y puso en su mano el liquido vaginal que salía de su conchita, para luego metérselo a su propia boca de una manera muy sensual, jugaba con ello saboreándolo, creo que habia desarrollado un fetiche, que me contagio, así que la bese con lengua para saber el sabor que tenían los fluidos de mi amada.

Ya más tranquilas nos quedamos ahí abrazadas, dejando de lado lo sexual y queriéndonos.

-Ami, lo que hicimos, ¿fue normal, me refiero a todo?

-Si cariño, todo incluso lo de los fluidos, cosa que debo admitir que me encanto.

-Se sintió bien, tanto que al fin lo disfrute como debía, pero me siento sucia.

-No deberías sentirte a sí Lay, no considero que nada de lo que hiciste sea algo sucio, mientras solo hagas estas cosas conmigo.

-Linda, por su puesto que esto solo lo hare contigo, te amo Amelia, quiero estar perdida en ti, perdona todo el tiempo que te hice esperar para decirte eso.

La bese, no sabia cuanto necesitaba escuchar esas palabras, que finalmente llegaban a mis oídos, me hacían sentir la persona más feliz del mundo.