La traidora de la orden

Todos estos hombres corrían de un lado a otro, las cosas se habían puesto tensas después de la llegada de un par de cartas, curiosamente la primera llegó al mismo tiempo que la segunda, pese a tener días de diferencia. La primera informaba de la muerte del Ogro, no podía evitar sonreír por ello, ese desgraciado, merecía su muerte y la segunda es la que puso en caos a toda la ciudad. Gran Venture se volvio el Jarl del Norte, un puesto que no tiene ningún valor para la corona, pero si para los rebeldes.

Esto iba a ser muy entretenido, todo solio, cómo dijo Lady Eva, pero se equivocó en dos cosas, Elric, si murió, no quedo vivo, ni se alió a Gran, y ese chico, pese ser Jarl no tiene las intenciones de atacarnos.

Cuando salí de mis pensamientos me di cuenta que mis pies inconscientemente me había traído a mi destino al castillo de Dublín.

Me dejaron entrar como siempre, aún así las miradas hacia mi siempre eran de extrañeza, por andar con esta máscara puesta que debo llevar hacia todos lados.

Entre rápidamente dónde estaba Lord Irish, discutiendo con su gente de confianza, he de decir, que le quedaba muy poca, Argos Wellington el mercader y esa mujer, dueña del prostíbulo, que siempre se mueve por las sombras y actúa como si nada supiera, la dueña de la casa de los placeres, Madam Felia.

-Lady Francia, llega tarde, muy tarde, acaso no piensa que...

-Usted Irish, no puede hablarme en ese tono, le recuerdo que apenas ascendió a un alfil, en este juego y somos nosotros los que movemos las fichas, así que la próxima vez que desee gritarme, haré que corten su lengua y luego se la trague, fui muy clara, ¿Árabe?

Lord Irish siempre había sido altanero conmigo, no me importaba, pero ahora que sentía que tenía un buen día en mucho tiempo, no iba a dejar que esa larva rastrera me lo arruinara.

A él se le desfiguró el rostro, y luego se arrodillo.

-La...la men... -soltó aire. - Lamento mi falta de respeto hacia usted Lady Francia, le prometo que no se volverá a repetir y no habrá más insolencia de mi parte hacia su persona.

-Muy bien levántate, ahora dime ¿qué piensas hacer con Gran?

-El muchacho se hace llamar Jarl del norte, un Sir, sin nobleza, como osa insultar así a la corona.

Camine y me senté en el trono dónde suele sentarse Irish, los guardias tomaron armas y lord Irish los detuvo con un gesto de su mano.

-Todos retírense a excepción de ustedes, el resto fuera.

Los guardias tenían miradas nerviosas entre si, no sabían muy bien que hacer, e Irish los hizo desalojar.

Una vez quedamos solo nosotros, volví a a hablar.

-Desde ahora esta es un reunión del ojo que todo lo ve, ¿queda claro?

Si, contestaron todos.

-Ya se la opinión de Irish, ahora quiero saber la de usted Felia y la suya Argos, sobre ese chico.

Argos se acercó hacia mi y me beso la mano.

-Salve al ojo, mi opinión sobre el asunto, es que de momento ese chico, espera órdenes de Lord Irish, lo que significa que nos obedece, pero no es la primera vez que el se mete en nuestros planes Lady Francia y me es muy sospechoso la muerte del Ogro esto ya es una conjetura, pero conociéndolo, no creo que haya muerto por una emboscada, además tenemos que recordar que Sir Ogro torturó y mató a la novia de Gran, así que creo que el lo mató, de manera espeluznante debo decir, no entiendo cómo es que le trituraron la cabeza.

Entendía el punto del comerciante, era un miembro nuevo, de las ramas menores, pero que había ascendido bastante en poco tiempo, su instinto lo había llevado lejos.

-Comprendo, pero lo que quiero saber es que haría usted, sobre este asunto.

-Es fácil, se que a Lord Irish, le gustaría, pedir la cabeza del joven Gran, pero por ahora solo lo vigilaría, si cortamos una cabeza sin saber que tan útil podría sernos, sería contraproducente.

-Pero si dejamos al cuervo mirando el banquete, tarde temprano se arrojará hacia el -menciono Irish.

Por desgracia tenía un punto, y Lady Eva, le tenía cariño al chico, me pidió que no fueran contra el, pero no podía decir eso, nadie podía saber sobre que Lady Eva tenía preposición hacia Gran, además podía ocupar a ese Sir a mi favor.

-Lady Felia, su opinión.

-Matarlo sería lo ideal, pero al menos me esperaría que se enfrente a Argus, después de como termine eso hechos y ver su conducta hacia nosotros tomaría una decisión. Por ahora deberíamos aprovecharlo.

-Entonces está todo dicho, nos esperamos a ver cómo proceden las cosas en el norte.

Las puertas de abrieron de golpe, Sir Arthur entraba con una pequeña cojera.

Nos miro a todos con su único ojo, y se acercó a mi.

-Lady Francia, veo que ocupa el trono de Lord Irish, que atrevida, como sea, vengo a decirles algo. Cómo ustedes, a mí también me llegó la carta de lo que sucede en el norte, les voy a decir justo lo que sucederá. Si Gran gana, tendrá a un norte unificado, con eso tendrá un ejército enorme a su disposición, atacará a Leap, cómo punto estratégico y luego vendrá por Dublín, así será como perderderemos Irlanda si lo dejamos hacer lo que quiera.

Yo sonreía abiertamente bajo mi máscara, esperaba que lo que dijera Arthur se cumpliera, con eso al fin podría...

-Arthur, ¿Qué hace aquí? Usted debería estar de camino hacia el sur.

-Si Francia, pero con esta cojera no soy apto para luchar, por eso vengo abusar de las bendiciones de mandan Felia.

-Encantada querida, yo puedo curarte está rodilla, pero ¿qué te sucedió?

-Me tope en mi camino, con... Digamos una trampa de oso.

El me miraba, por órdenes de Lady Eva, no podía decir que Gran era el responsable del robo de los impuestos.

-A todo esto Sir Arthur, aún no entiendo cómo es que si usted custodiaba los impuestos, los robaron.

-Un largoviviente apareció, me arrastró hacia el bosque en nuestra pelea y aprovecharon el momento para robar, fue una mala decisión mía, si desea castigarme por ello, lo comprenderé Lord Irish.

Irish, se acercó a Arthur.

-Nunca me atrevería de hacer algo tan estúpido Sir, menos cuando a dado tanto por la orden, no como otros.

Eso sí ya no lo iba a permitir. Ni siquiera me di cuenta, pero cuando volví en mi le estaba arrojando mi máscara a Irish, le dio de lleno en la nariz y me lance encima de el, cosa que no se lo vio venir y lo comenzó a golpear.

No dure mucho en ello, porque Arthur con un solo brazo me saco de encima de el.

-Francia, tranquilízate. ¿Hubo veredicto?

Le respondí que si, pero simplemente estaba centrado en Irish, quería matarlo por lo que me acaba de decir, mientras que el me gritaba como si fuera una loca.

-Irish cierra la boca, podre odiar a Francia como tú, pero no te permito que digas que ella no a dado nada, cuando es la que más a perdido por pertenecer a la orden, así que te vas arrastrar cómo la rata inmunda que eres Moro, y le pedirán disculpas.

Arthur me soltó, recogió mi mascar y me la entrego. Nunca pensé que el se pusiera de mi lado, nunca, y obviamente el rostro de Irish estaba perplejo, casi al borde de estallar de ira, aún así le hizo caso a Arthur, el se arrastro, me beso el pie y me imploro perdón.

-Si puedo perdonarte, el exabrupto Irish, pero acabas de incumplir una orden que no puedo dejar pasar, me estás tocando.

Saque una cuchilla escondida entre mis ropas y le corté tres dedos con la mano que me agarró el pie. Chilló cómo bestia, y abandone el lugar.

Necesitaba salir urgente de la orden, ya ni me reconocía, pero sin ella, aún no puedo hacer nada, necesito recuperarla antes de desaparecer.

En eso el puede ayudarme, siempre y cuando demuestre ser verdaderamente útil, lo lamento Lady Eva, pero es momento de que consiga mi verdadera libertad y me aprovecharé de su pieza favorita del tablero en estos momentos, convertiré a Gran Venture en alguien que pueda hacer sangrar a la orden.

Pero antes, supongo que deberé viajar al norte haber que puede hacer en verdad, si todo lo que a hecho lo a logrado por suerte o realmente es alguien apto para todo este juego.

Esto se está tornando difícil, está claro que la ciudad se prepara para la guerra, pero porque tienen tanto miedo que lleguen a Dublín, están muy lejos si quiera de lograrlo, serán solo paranoias del bastardo de Irish, o realmente la ciudad corre peligro. Mejor averiguaré eso antes de partir, si alguien debe saber bien que está sucediendo en esta ciudad es ese hombre, al que llaman el rey de las ratas, ese gitano que se.muebe por los barrios bajos.