508- Detrás de la Almohada

Sin molestarse en mirar hacia atrás, Jorge la recogió y se apresuró hacia la casa. —Guíame a tu habitación, cariño.

Rafael lo oyó decir, pero no pudo moverse de allí.

—¿Qué demonios…? —miró a su esposa con confusión, y luego su enfoque se trasladó a Ariel, quien estaba allí con una sonrisa nerviosa en sus labios—. ¿Ariel? ¿Puedes explicar esto?

Alex debió darse cuenta del nerviosismo de su hermana, por eso colocó su brazo alrededor de su hombro.

—¡Papá! ¡Mamá! —Ariel se apresuró a explicar—. Ambos estaban involucrados incluso antes de que Abi regresara con nosotros… ella pensó que Jorge y yo estábamos involucrados románticamente y no estaba dispuesta a escucharlo… —Pasó una mano temblorosa por su cabello—. Así que hicimos esto… y supongo que salió mal… —Su garganta se tensó al asentarse la culpa—. Lo siento… no quise herir a nadie… y juro que nunca podría imaginar herirla.

Alex tuvo que alejarse de su hermana cuando Angela se acercó demasiado a él.