Ell Overlord apretó el puño, y la tierra a los lados de la líder cultivadora se levantó y comenzó a cerrarse alrededor de ella. De repente, la tierra se convirtió en rayos.
—¿Qué…?
¡ZZZZZT!
La cárcel de rayos la electrocutó hasta que el Overlord decidió retirarla antes de que muriera.
Roblox intentó moverse, pero fue golpeado sin piedad hasta que el Overlord lo desarmó con sus dientes. Solo quedaban su cabeza y su torso.
El Overlord retiró su mano de encima de Roblox, quien parecía ya no tener esperanza. Sin embargo, usando su magnetismo, su cuerpo se volvió a unir.
Aun así, los daños eran devastadores.
El Overlord liberó su aura azul por completo y le propinó golpes que dañaban el espíritu de su oponente. De otra forma, no podría vencerlo.
Irina y Celica observaron con atención.
—Esos golpes no son normales… —murmuró Irina—. Son espirituales.
Cada golpe destruía no solo el aura de Roblox, sino también la energía en sí misma.
Roblox cayó de rodillas, y eso que esta vez no le habían sido arrancados los brazos ni las piernas.
—Siéntete orgulloso, Roblox… Hiciste que utilizara todo mi poder contra ti —dijo el Overlord.
Roblox rió con dificultad.
—Me siento orgulloso de mí mismo desde el día en que nací.
—Entonces, ¿valió la pena hacer todo esto? —preguntó el Overlord.
—Yo solo quería que el frío se fuera… y cuando se me dio la oportunidad, todo terminó.
—¿Frío? —el Overlord lo miró fijamente—. Mmm… Ahora que lo mencionas, me acabo de dar cuenta de que en verdad eres un humanoide. No solo cambias a esa forma.
—Así es. Esta es mi forma original —tosió Roblox.
—Eso quiere decir que sientes emociones, ¿no?
—Así es… pero no las mismas que los humanos.
—Tu espíritu es muy fuerte, Roblox, tanto que tuve que quemar varias almas para derrotarte. Eso significa que pasaste muchas noches oscuras sin poder liberar nada… Entonces dime, ¿por qué atacar e iniciar una guerra?
—Como te dije… así como tú sientes emoción por hacer ciertas cosas, yo también.
Los ojos del Overlord brillaron con un blanco intenso.
—Ahora te entiendo… Eres un verdadero depredador.
Hizo una pausa antes de continuar:
—En una ciencia antigua, alguien como tú es conocido como un psicópata.
—Ah… Así que la conoces —respondió Roblox con una débil sonrisa—. No me sorprende. Después de todo, tú y la Reina Esquizo son la sabiduría en persona.
—Tus últimas palabras —sentenció el Overlord.
—Mmm… Ah, sí… Dile a Luscus que nací en el país de los exiliados… y que se sintió tan bien quemarlos a todos.
—¿Qué? —Roblox quedó sorprendido.
—Lo siento, amigo, pero si alargo esto, podrías hablar de más. No sabía que tú y Gabriel tenían tanto conocimiento…
¡BAMM!
El Overlord le asestó un golpe final. Su puño estaba cubierto de una energía azul, y a su alrededor se escuchaban gritos y súplicas de los espíritus. El impacto alcanzó el corazón de Roblox, agrietando su espíritu y desintegrándolo en trozos que luego se convirtieron en arena.
El Overlord se sentó en posición de meditación y absorbió el espíritu de Roblox en menos de cinco minutos.
Esto fue presenciado por Irina y su grupo. La guerra se había terminado.
Apenas el Overlord se puso de pie, estableció un convenio de rendición en el que se permitiría vivir a los del Semirreino Militar.
Y así, la guerra llegó a su fin.
El Overlord agarró la espada que estaba encajada en la tierra.
—Amigo humanoide… Eras casi un cyborg, prácticamente un robot. Me hiciste usar todo mi poder… pero sin contar con mi compañera —dijo en voz baja.
Al tocar la espada, su cuerpo volvió a la forma en la que había comenzado la batalla.
—Por lo menos en esta forma… —murmuró el Overlord para sí mismo.
Irina, Celica, Bony, Kevin y Rias lo observaban con atención. Sus corazones latían con fuerza, ansiosos por acercarse y hablar con aquel guerrero imponente, un ser que, a sus ojos, era casi un dios de la muerte.