Chen Hu vio a Qiao Mei en cuanto llegó.
Chen Hu corrió entusiasmado y dijo —¡Mei Mei, has llegado!
—¿Tío Hu? ¿Por qué estás aquí? —preguntó Qiao Mei a Chen Hu sorprendida.
—Te contaré sobre esto más tarde. ¿Vienes a unirte? —preguntó Chen Hu.
—Escuché que algo le pasó a su familia, así que vine para ver. No esperaba que el Tío Hu estuviera a cargo. Esto es muy sorprendente —dijo Qiao Mei.
—A propósito, ¿cómo ha estado tu abuelo últimamente? ¿Está enojado conmigo por ellos? —preguntó Chen Hu nervioso.
Esta vez, la llegada de los hermanos Liang hizo que Chen Hu viera claramente sus intenciones. En aquel entonces, él había desconfiado de ellos y causó tantos problemas para Qiao Qiang.
—El abuelo no se va a quedar con eso. No te preocupes, Tío Hu. Tiene una lengua afilada pero un corazón tierno. No se va a enojar de verdad contigo —dijo Qiao Mei.
—Entonces, ¿cuál es la actitud de tu abuelo hacia ellos? Espero que no hayan hecho enojar al maestro viejo —preguntó Chen Hu vacilante.