—¡Eso no sirve! ¡Estás a punto de dar a luz! ¡Criar hijos necesita mucho dinero! Lo más importante para ti ahora es cuidarte bien. Ya me has ayudado mucho. No puedo arrastrarte más… —dijo Li Gui.
—Eres mi madre, así que es justo que te ayude. No voy a mandar a mis hermanos menores a la escuela gratis. Yo no sabía leer ni escribir cuando era joven, así que espero que ellos no sean como yo. Puede ser mi préstamo para ellos —dijo Qiao Mei con una sonrisa.
Al mencionar la infancia de Qiao Mei, Li Gui tuvo sentimientos encontrados. No pasó ni un solo día junto a Qiao Mei y todo fue gracias a los cielos que la chica pudo sobrevivir. No esperaba que Qiao Mei no se detuviera en el pasado y que no solo no odiara a su madre, sino que también cuidara bien a los hijos que tuvo con Zhang Qian.
Tenía que tratar a Qiao Mei aún mejor en el futuro. No podía dejar que Qiao Mei sintiera que favorecía a los otros cuatro hijos.