—Por supuesto, nuestra Miao Miao se ve bien, pero si te pones tantas prendas para ir al cine, te vas a enfermar —dijo Qiao Mei pacientemente.
Actualmente, los niños tenían su propia habitación y podían decidir qué querían ponerse. Qiao Mei estaba fomentando sus personalidades e intereses independientes para que tuvieran sus propias opiniones sobre las cosas y no fueran influenciados por los pensamientos de los adultos.
Lo que los adultos debían hacer ahora era solo guiar y limitar sus acciones.
—Pero me gustan mucho todas estas prendas… —dijo Zhang Miao mientras miraba sus ropas con desgana.
—Sé que te gustan mucho, pero puedes usarlas en cualquier momento, ¿verdad? Estas pertenecen a Miao Miao y nadie puede arrebatártelas. Por supuesto, puedes ponértelas si realmente quieres, pero ¿y si te enfermas? —dijo Qiao Mei.
Zhang Miao lo pensó y sintió que lo que Qiao Mei decía tenía sentido. Las cosas ahora eran completamente diferentes y podían decidir qué querían hacer.