—Oh, ¡mira a esta pequeña intentando escapar de la muerte!
—Guardia A, al ver a Jiang Nai corriendo hacia el exterior, no se apresuró a perseguirla, sino que hizo un comentario burlón.
El espalda de Jiang Nai se heló al escuchar sus palabras.
Ella sabía que si seguía corriendo y la atrapaban, las consecuencias serían terribles. Pero no podía dejar que adivinaran sus intenciones ni que había usado su teléfono para enviar un mensaje a su hermana.
Así que, apretando los dientes, corrió desesperadamente hacia el exterior.
Los Guardias A y B la siguieron tranquilamente.
Observaban su frenética huida como si jugaran con un ratón.
Cuando alcanzó la puerta de la habitación de la casa embrujada, la encontró cerrada con llave.
Corrió hacia la puerta e intentó desesperadamente girar la cerradura.
Pero todo fue en vano.
—Pequeña hermana, ¿por qué dejaste de correr?
—Serás pequeña, pero eres valiente.
Los dos guardias atraparon a Jiang Nai entre ellos y la puerta.