—Nan Yan siempre lo había llamado hermano la mayor parte del tiempo.
—Ocasionalmente, cuando estaba alterada y exasperada, lo llamaba por su nombre completo.
—¡Era la primera vez que usaba una voz tan seductora para llamarlo Ah Lu de una manera delicada y seductora!
Esas simples palabras destrozaron su habitual compostura, haciéndole desear poder lidiar con ella en el acto.
Los labios de Nan Yan se tornaron aún más rojos y llenos por su beso. Su par de ojos deslumbrantes como flores de durazno brillaron mientras lo miraba intensa y afectuosamente. Sus labios rojos se entreabrieron ligeramente.
—Ah Lu... —El corazón de Qin Lu dio un vuelco cuando selló sus labios de nuevo.
—Li Si y Zhang Shan se quedaron sin palabras.
Ambos sentían un dolor insoportable, como si quisieran golpearse la cabeza contra la pared para acabar con todo.