Qi Sizheng apagó la laptop, su rostro se tornó sombrío. A pesar de que se hacía mayor, su resistencia psicológica seguía siendo fuerte. Sin embargo, ver esas cosas aún le hacían sentir incómodo.
¡Es simplemente una destrucción de la humanidad!
—Las Naciones Unidas prohíben explícitamente los experimentos genéticos para prevenir tales incidentes. Por lo tanto, después de la discusión, rechazamos la propuesta que el señor Zhou presentó —dijo Qi Sizheng.
Qi Sizheng podía adivinar en cierta medida que la razón por la que Qin Lu regresó y le mostró estas cosas probablemente era por este asunto, con la intención de persuadirlo.