Pequeña Hermanita Menor, Nos Encontramos de Nuevo (2)

—Nan Yan estaba frente a Qin Lu, pero antes de que pudiera prepararse, Qin Lu de repente extendió la mano para tocarle el abdomen.

Instintivamente, Nan Yan intentó retroceder para evitar su toque.

—No te muevas —su voz profunda resonó en sus oídos.

Su intento de esquivarlo se detuvo, observando cómo él levantaba su ropa, dejándola sin otra opción que fruncir los labios con reluctancia. Su mente corría, tratando de encontrar la manera de aplacar a este gran personaje.

Su piel era naturalmente clara, un blanco frío. Incluso golpes menores dejarían marcas obvias, tardando mucho en desaparecer sin medicación.

El moretón, del tamaño de un cuenco, se destacaba notablemente contra su piel.

Mientras sus yemas frías tocaban suavemente, Qin Lu preguntó en voz baja:

—¿Te duele?

Nan Yan se obligó a mantener la calma, negando con la cabeza:

—No.

Al momento siguiente, Qin Lu presionó.

El dolor agudo casi hizo que Nan Yan quisiera patearlo.