El avión estaba a punto de aterrizar en el helipuerto cerca del patio.
Fu Yubai, que ya sabía que iban a regresar, había venido a recogerlos por órdenes del Maestro.
Hoy, Hua Shifang y Sun Chan estaban en el Jardín de las Cien Hierbas, donde se estaba plantando otra hierba medicinal rara que había estado extinta durante mucho tiempo. Esto era un avance significativo.
Además, el efecto de esta hierba era increíblemente potente, casi comparable a los elíxires milagrosos. No necesitaba ser convertida en medicina; sus propiedades naturales por sí solas tenían efectos curativos extremadamente poderosos. Incluso podría salvar a alguien al borde de la muerte, sin ningún tipo de exageración.
No solo Sun Chan y Hua Shifang estaban encantados, sino que incluso el primate Bai Ze, que había estado cuidando el Jardín de las Cien Hierbas, emitió algunos aullidos de alegría.