Qiao Nian asintió apresuradamente. Estaba extremadamente nerviosa en ese momento. Con una expresión seria, dijo:
—Piénsalo. Si no lo hubieras sugerido, no me habría atrevido a abrazarte, ¿verdad?
Viendo la expresión de pánico de Qiao Nian, Gu Zhou no pudo evitar recordar su valiente y heroica apariencia cuando había sacado a Lu Zhu de la ciudad fantasma ese día. Las comisuras de sus labios se curvaron ligeramente mientras preguntaba:
—¿Estás tratando de decir que si tomo la iniciativa en pedir, tú harás lo que yo diga?
—Yo
Antes de que Qiao Nian pudiera terminar de hablar, Gu Zhou la interrumpió lentamente y dijo:
—Está bien, ¡te permitiré abrazarme de nuevo!
Qiao Nian se quedó sin palabras.
Los hermosos ojos de Qiao Nian se llenaron de sorpresa mientras miraba al hombre frente a ella con incredulidad.
¡Él no era la segunda personalidad, Zhou Zhou, ni la tercera personalidad, Gu Chuan. Era el mismo Gu Zhou!
¿Cómo podía hacer tal petición?
¿Algo andaba mal con su cabeza?