No

—¡Por favor, no! —exclamó ella.

—Oh, no... —musitó con desesperación.

En la oscuridad, Qiao Nian resistía inútilmente, intentando detener al hombre que se presionaba contra ella. Sin embargo, el hombre era mucho más fuerte que ella. Se esforzó por resistir la invasión del hombre, y sus lágrimas caían sin control.

Sin embargo, su fuerza se disipaba gradualmente, pero aún no podía detener las garras demoníacas del hombre.

Podía oír claramente el sonido de la ropa desgarrándose. La defensa en su cuerpo desaparecía gradualmente.

Qiao Nian no pudo evitar abrazar fuertemente a Gu Zhou, esforzándose por olvidar todas las imágenes en su mente.

Gu Zhou notó que Qiao Nian se estaba volviendo cada vez más ansiosa, como si quisiera resistir el miedo en su corazón.

Ella estaba tratando de distraerse.

Su ceño se profundizó. Si Qiao Nian continuaba así, sólo empeoraría.

Con este pensamiento en mente, extendió la mano y empujó a Qiao Nian lejos.