—La familia Qiao tiene muchas posibilidades de conseguir ese terreno.
Lu Zhu frunció el ceño, emitiendo un aura fría —preguntó—. ¿Por Qiao Yu?
El secretario asintió. Sabía en su corazón que Qiao Yu estaba en problemas.
—¿Por qué? —Lu Zhu levantó ligeramente las cejas.
—La gente de la Oficina de Tierras valora mucho a Qiao Yu. Además, ese terreno ya se había decidido para Qiao Yu, pero parece que ha aparecido una organización misteriosa. La Oficina de Tierras ha vacilado. Precisamente por esto tenemos una oportunidad de ganar la licitación.
La mano de Lu Zhu golpeó ligeramente la mesa —desconcertado, preguntó—. ¿No han averiguado de qué familia se trata?
—De hecho, no hemos encontrado nada, pero debería haber noticias pronto.
—Entonces investiguen a fondo —dijo Lu Zhu, pensativo—. Si hay una oportunidad, compren a la familia Qiao —Lu Zhu no quería que su preciosa hermana fuera el objetivo de una persona tan despreciable.