—¿Xiao Qi? —Al ver que Gu Qi estaba en silencio, Gu Zhou lo llamó tentativamente.
Xiao Shi de repente replegó sus pensamientos. Su mirada cayó en la cara de Gu Zhou y asintió. Dijo con entusiasmo:
—Por supuesto que estoy dispuesta. Además, ¡mientras a Papá le guste, no tengo objeciones!
Al ver la expresión seria en los ojos de Gu Qi, la nerviosidad en el corazón de Gu Zhou se disipaba gradualmente.
En realidad, le importaba mucho la opinión de Gu Qi. Si Gu Qi no estuviera dispuesto, solo tendría que esforzarse más para hacer que Gu Qi aceptara a Qiao Nian.
—Gracias, Xiao Qi. No te preocupes, cuando esté con tu Tía Nian Nian en el futuro, ¡los dos cuidaremos bien de ti! —Una sonrisa brillante apareció en la cara de Xiao Shi. Sus hermosos ojos astutos parpadearon mientras decía suavemente:
—¡Gracias, Papá!
La expresión de Gu Zhou vaciló ligeramente. No entendía por qué Gu Qi diría eso.
Debería ser él quien agradeciera a Gu Qi por esto.