Song Man miró a lo obediente y adorable que era Xiao Shi. Así había sido desde que era joven. Los tiempos difíciles del pasado los había pasado con ella.
Ella vio los ojos lastimados de Xiao Shi y asintió. —Xiao Shi, no te preocupes. ¡Mamá nunca te golpeará de nuevo!
Xiao Shi no pudo evitar sonreír. Miró la cara de Song Man y dijo suavemente:
—Mamá, la persona que más amé en este mundo eres tú. Te amé mucho más de lo que tú me amaste. ¡Eres la única en mi mundo!
Cuando Song Man escuchó las palabras de Xiao Shi, asintió con los ojos rojos.
Los ojos de Xiao Shi se volvieron más y más rojos. Ella sollozó y explicó:
—Sé que antes de que Mamá me diera a luz, tenías tu propia vida. Tu vida debió haber sido sencilla y feliz. Por mi culpa, Mamá trazó una línea entre ella y el pasado. Pero desde que nací, solo existía Mamá!
—Cuando Mamá me golpeaba, mi cuerpo no dolía, pero su corazón sufría. ¡Yo estaría muy triste!