Esa sonrisa de hace un momento no solo era una forma de alivio por su pasado, sino también una forma de anticipación por el futuro.
Después de dar vueltas en círculos, resultó que la persona que la había salvado era Gu Zhou.
Su bienhechor también era Gu Zhou.
Dado que Qiao Yu no tenía nada que ver con Hermano Camisa Blanca, ella podía tratar los asuntos de la familia Qiao sin restricciones, y sin ninguna carga psicológica.
Ya había encontrado la respuesta que quería hoy.
Era una persona muy cautelosa.
Si tenía dudas, querría confirmarlas.
Ahora confirmaba su suposición.
Después de hablar de asuntos personales hoy, estaban a punto de discutir negocios. Qiao Nian guardó la sonrisa en su rostro y miró a Qiao Yu solemnemente. —Qiao Yu, ¿por qué me pediste que viniera hoy?
Qiao Yu se quedó levemente atónito. Qiao Nian lo miraba como si estuviera mirando a un extraño. Su corazón parecía estar fuertemente apretado por una mano y dolía terriblemente.