Ella realmente quería decirle a Xiao Shi que no quería regresar a Hai Cheng en absoluto. Solo quería quedarse en la Ciudad de An y casarse con Gu Zhou.
Sin embargo, sabía en su corazón que las emociones de Xiao Shi eran muy frágiles ahora y que se derrumbaría fácilmente. Si decía esas cosas otra vez, Xiao Shi podría tomar decisiones drásticas.
Pero ahora, la supervivencia de Xiao Shi era lo más importante. Si Xiao Shi desaparecía, todos sus planes serían inútiles.
Song Man extendió la mano y tomó la de Xiao Shi, consolándola suavemente.
—Xiao Shi, mamá ya entiende lo que quieres decir. ¡Mamá nunca más te obligará!
Los ojos de Xiao Shi se iluminaron gradualmente. Mamá realmente la estaba escuchando.
—En realidad, mamá no te dio las pastillas para dormir para hacerte daño. No es que no me gustes. Solo espero que puedas dormir bien. Todos estos años, te has esforzado muchísimo cuidando a mamá. ¡Por eso mamá te pidió que durmieras bien!