Dar Bebidas a los Niños

Amelia seguía enfadada cuando la llevaron de vuelta a la casa de Zhagu.

El banquete ya estaba preparado. Había solo tres o cuatro mesas, y todos eran parientes de Zhagu. Amelia y Andrés se sentaron naturalmente en la mesa principal.

Zhii vio el rostro enfadado de Amelia y preguntó:

—¿Qué pasa, Mia? ¿Por qué estás enfadada?

Andrés forzó una sonrisa. —No es nada. Estaba jugando con un gatito afuera y el gatito se escapó...

Zhagu dijo apresuradamente:

—Ya veo. Si a Mia le gustan los gatos, iré al pueblo a buscar uno...

Andrés respondió:

—No, no.

Amelia seguía enfadada cuando vio que Zhii le servía un muslo de pollo grande. Lo mordió furiosamente, y luego vio a Sang entrar, cubriéndose la boca y sonriendo.