¿Tan alerta?

Harper había dormido solo en su habitación desde que tenía tres años. No dejaba entrar a nadie y no le gustaba salir. En un abrir y cerrar de ojos, ya tenía ocho años, y esta era la primera vez que su padre lo acompañaba de noche... Dormía a su lado y lo vigilaba...

Harper no podía describir lo que estaba sintiendo. Todo lo que sentía era que ya no tenía sueño. De repente, escuchó un ruido fuera de la puerta. No sabía qué era, pero frunció el ceño. Pensó en ello y se levantó para salir y echar un vistazo. En cuanto se levantó, Dylan se despertó y preguntó —¿Qué pasa? ¿Quieres ir al baño? Antes de que Harper pudiera responder, se limpió la cara y se levantó —Vamos.

Dylan no era de los que hablaba mucho. Cuando vio a Harper mirándolo como si quisiera decir algo, esperó en silencio. Padre e hijo se miraron el uno al otro.

Harper señaló hacia la puerta —Papá, ¿no lo escuchaste?

Dylan escuchó por un momento —Lo escucho. La campana en la estación de enfermeras.