La mujer torció su cintura y preguntó tímidamente—Jefe, ¿qué tipo de lavado desea? Tenemos servicio de 100 yuanes y servicio de 500 yuanes. Por supuesto, también tenemos servicios más completos para satisfacer las diversas peticiones de los clientes…
Alex miró a su alrededor. Su mirada se detuvo en las escaleras que conducen al segundo piso—¿Estás sola aquí? —preguntó casualmente.
La mujer guiñó un ojo—Esta noche soy la única. Las demás hermanas han salido a cenar. Si al jefe no le parece suficiente, puedo llamarlas para que vuelvan.
Alex asintió—¿Qué servicios hay?
La mujer no podía esperar para lanzarse sobre Alex. Este hombre era demasiado guapo y alto. Sus amplios hombros le daban un sentido de seguridad, pero por alguna razón, este hombre parecía pícaro, pero había una presión que hacía que la gente no se atreviera a acercarse a él.