—Sra. Walton, estoy bien. Solo me sorprendí —dijo Marja Mica mientras se levantaba. Secretamente estaba conmocionada. ¿Burton? Entonces no era un Walton. Qué lástima... Lo más importante ahora era el negocio. Este Burton quería arrebatarle la oportunidad de ofrecer su ropa.
Justo cuando Marja Mica estaba a punto de hablar, vio venir a Enrique. Con solo una mirada, Marja Mica quedó atónita de nuevo. ¿Qué hijo de la familia Walton era este? Su figura era un poco similar a la del hombre apellidado Burton. Tenía el tipo de figura alta y recta que solo se podía obtener de entrenamiento frecuente. ¡Debía ser el Capitán Enrique!
En un instante, Marja Mica decidió que el amable y refinado capitán delante de ella era la mejor persona a quien acercarse. ¡Pegaría el talismán de flor de durazno en su mano a él primero!
Amelia tomó la mano de la Sra. Walton y susurró:
—Abuela, ¿podemos dejar de comprar ropa?