—¿Tu maestro no ha regresado aún? —preguntó Alex.
—El Maestro dijo antes de irse que estaría fuera por más tiempo, pero si hay una emergencia, puedo llamarlo —negó Amelia con la cabeza.
—¿Por teléfono? —se sorprendió Alex.
—Él sabrá cuando queme el talismán que me dio el Maestro —susurró Amelia, acercándose al oído de Alex.
—¿Así que esta llamada era un teléfono talismán exclusivo para Daoístas? ¡Sonaba bastante interesante y quería aprenderlo!
—Cuando Emma terminó de comer, eran casi las diez de la mañana —La seguridad les informó que la gerente de la tienda de ropa había llegado —La señora Walton asintió y pidió que la trajeran.
—Mia, el Tío se irá primero. Sé buena cuando la escuela comience en dos días. Escucha a Abuela —miró Jorge la hora, estaba por salir—. Se iría por medio mes. Por primera vez, Jorge se sentía reacio a dejar a su pequeña sobrina.
—Papá, deberías irte rápido. No tienes que preocuparte por mi hermano y por mí —dijo William sin levantar la vista.