Un mar de rosa

Emma, William y los demás corrieron hacia allí. Incluso Lucas, quien no solía hablar, bajó las escaleras tranquilamente. Su ropa le quedaba demasiado corta. Si no, ¿quién elegiría ropa como de niña?

La señora Walton tenía una sonrisa en el rostro. —Niñera Wu, haz que cuelguen la ropa. Estas dos bolsas deben ser de niños, y estas tres bolsas son de niñas… —El servicio de las grandes marcas estaba en su lugar. Usualmente, cuando empacaban, hacían una distinción basada en el color de las bolsas. Al final, cuando se sacaba la ropa, era rosa...

William estaba cegado por el color rosa. Preguntó sorprendido:

—¿Son todas ropa de niñas?

Honest respondió como si fuera obvio:

—También hay de niños. —Señaló, y William miró. Vale, camisas rosas para niños, pantalones y ropa interior también rosas.

Amelia estaba atónita:

—¿Por qué todo es rosa?

Honest: