—Mi buena hija, ¿no debería estar empezando la escuela? ¿Por qué estás aquí para recoger a Papá? —preguntó cariñosamente Alex después de atrapar rápidamente a Amelia y besarle la mejilla.
Amelia miró a Honest impotente.
—Papá, le pediste al Tío Honest que me siguiera de cerca. ¡Tío de verdad no me deja en absoluto! —Cuando iba al baño, él se quedaba en la puerta. Cuando dormía, se quedaba al pie de la cama. Cuando iba a la escuela, la seguía detrás. Los otros estudiantes no hacían esto. El director del jardín de infantes se encontraba en una situación difícil y sugirió con tacto no traer guardaespaldas a la escuela...