Zombie

—Anciano, mi hermana no debería poder liberarse, ¿verdad? —dijo Yinn en shock. Ella miró la mano derecha de Ling. Su palma, que había sido perforada por un clavo, estaba a unos pocos centímetros de la tabla del ataúd. No estaba tan apretada como antes.

—Ella no puede liberarse —frunció el ceño el anciano.

La cosa retorcida en el cuerpo de Ling se aceleró. Ella usó tanta fuerza que su mano rígida se inclinó.

Yinn suspiró aliviada. Al ver a Ling clavada en el ataúd, no solo no se sintió horrorizada, sino que también se sintió despreocupada. ¡Quién le mandó tomar lo que quería!

—Anciano, la familia Walton vigila mucho a sus hijos, no podemos acercarnos a ellos. Pero ese niño menor se preocupa mucho por su madre. Podemos empezar por él —dijo Yinn.

—Así es. Toma un tubo de sangre de Ling y di que es tuya. No te expongas, ¿entiendes? De lo contrario, ¡lo lamentarás! —asintió el anciano.