—Yo, yo no escuché nada —Los dientes de la pequeña asistente castañeteaban mientras intentaba decir—. Yo, yo no escuché nada.
—Es mejor para ti si no escuchaste nada —Lei Bing curvó sus labios en una leve sonrisa, y su voz era fría—. No olvides tu contrato, y no nos hagas eliminarte. Sé obediente, ¿entendido?
—Yo, yo entiendo —respondió la pequeña asistente.
En el otro lado, Shen Hanxing y Ji Yan acababan de terminar de comer y salieron del salón privado cuando escucharon un grito desde afuera
—¡Alguien va a saltar del edificio! —Shen Hanxing se quedó atónita y miró a Ji Yan a su lado. Esta escena le resultaba algo familiar. En aquel entonces, cuando terminaron de comer, alguien gritó sobre alguien intentando saltar del edificio. Luego, vieron a Bai Youyou en la azotea, a punto de saltar.
Ji Yan estaba pensando lo mismo que Shen Hanxing. El rabillo de su boca se torció ligeramente, y dijo fríamente