—La señora Ji lo sabrá en un momento —Ji Yan sonrió. Siempre había sido frío y constante. Solo tenía veinticinco años, pero siempre mantenía una expresión serena en su rostro. En este momento, él y Shen Hanxing se abrazaban sobre el caballo, era raro que él revelara el comportamiento desinhibido de un joven.
—Señora Ji, sujétese bien —el fuerte brazo de Ji Yan rodeaba la delgada cintura de Shen Hanxing y azotaba al caballo. El sol de verano era muy fuerte y brillaba sobre sus cuerpos, trayendo consigo una temperatura abrasadora.