—Cuanto más hablaba Shen Hanxing, más agraviada se sentía. Tenía un nudo en la garganta. Antes era como un libre soplo de viento, avanzando hacia su objetivo sin mirar atrás o preocuparse por nada. Pero ahora, después de haber estado lejos durante tanto tiempo, no podía evitar preguntarse qué estaría haciendo él. ¿La extrañaba? A menudo quería volver a su lado, incluso si solo se sentaban juntos sin decir nada. Quería matar el tiempo con él, perder tiempo, e incluso las cosas más aburridas e insignificantes les brindarían felicidad.
Shen Hanxing murmuraba mientras enterraba su rostro en el hombro de Ji Yan —Te extraño tanto, ¿qué derecho tienes a no extrañarme? ¿No te gusto?