Es tarde en la noche.
La familia de Si Mingli huyó del país; solo el lado de Si Yehan era suficiente para derrotarlos completamente, sin mencionar al clan Nie.
Por suerte, fueron lo suficientemente cuidadosos y siempre estuvieron actuando detrás de escena sin mostrar sus caras en absoluto. De lo contrario, no tendrían dónde esconderse.
—¡Maldita sea, esa mujer tiene suerte! —Si Mingli estaba molesto.
—Padre, lo más importante es conservar nuestro poder. Mientras tengamos al señor Eric, podemos recuperarnos tarde o temprano —Si Yi Qian persuadió.
—¡Vámonos! —Si Mingli apretó los dientes y finalmente subió al helicóptero, a regañadientes.
Viendo que Ciudad Imperial se alejaba cada vez más, tenía una oscuridad en sus ojos.
Si Yehan y esa pequeña perra… ¡Regresaré nuevamente!
…
País M:
Había un completa silencio en la espaciosa suite presidencial.
Si Yehan se sentó en el sofá con una sombra de preocupación entre sus cejas.