Este sentimiento repentino de no querer que Si Yehan viera a Tangtang parecía haber emergido de su subconsciente. Ye Wanwan no podía entender por qué se sentía así.
¿Era porque Tangtang se parecía a ella y temía que Si Yehan lo malinterpretara?
Ye Wanwan seguía pensando una y otra vez, pero no podía encontrar una razón.
Después de colgar el teléfono, Ye Wanwan fue a la otra habitación para ver a Tangtang, preocupada de que el pequeño no pudiera dormir bien en un entorno desconocido.
Ye Wanwan abrió la puerta suavemente y se quedó atónita.
¡No había nadie en la cama!
Ye Wanwan instantáneamente se asustó. —¿Tangtang?
Buscó alrededor de la casa y no pudo encontrarlo. Finalmente, vio una pequeña silueta en el balcón.
Solo podía ver que el pequeño aún llevaba sus adorables pijamas, sentado solo.
El corazón de Ye Wanwan se estremeció extrañamente.
¿Podría ser que Tangtang había pasado las dos últimas noches sentado allí?