Shi Qian caminó hacia la cocina.
—¿Ya despertaste? —Fu Sinian se volvió para mirarla.
—Bueno, ¿qué cocinaste? —Shi Qian miró dentro de la olla.
—Porridge de mariscos. Ven, pruébalo a ver si está bueno —Fu Sinian sirvió medio bol para Shi Qian y personalmente se lo dio a comer.
—Sí, está bueno.
—Ve a esperar en la mesa del comedor. El desayuno ya casi está listo —Fu Sinian pellizcó cariñosamente la mejilla de Shi Qian.
—¡No me he lavado la cara ni me he cepillado los dientes! Voy ahora —Shi Qian giró y corrió hacia la habitación.
Fu Sinian observó la espalda de Shi Qian con una sonrisa.
Cuando Shi Qian regresó al comedor, ya había una torta de calamar, vegetales hervidos y dos boles de porridge en la mesa.
Los dos lados de la torta de calamar estaban dorados y muy hermosos.
—¿También esto lo freíste tú? —Shi Qian no lo podía creer.
—Sí, todos son productos fáciles de hacer. No se requiere habilidad. Solo este porridge tomó mucho tiempo para hacerlo como en el video.