Estamos en el mismo barco

Song Yan sonrió. Esta sonrisa le llegó a los ojos.

Así que ella no estaba aquí para ser la cabildera de Fu Sinian.

Simplemente estaba preocupada por él.

—Song Yan, si no hubieras importado esta medicina para mí, no habrías interactuado con Su Ruoqing. Siento que Su Ruoqing es muy hostil hacia mí. No quiero implicarte por mi culpa.

—Qian Qian, no te preocupes. No me dejaré engañar por Su Ruoqing —dijo levantando la mano y dando una palmada en el hombro de Shi Qian—. Esta acción hizo que Fu Sinian sintiera celos nuevamente.

¡Por qué tardó tanto!

—Qian Qian, también tengo una pregunta para ti —dijo nuevamente Song Yan.

—¿Qué problema?

—¿No es que tú y Fu Sinian ya obtuvieron el certificado de divorcio? ¿No están ya divorciados? ¿Por qué sigues con él? ¿Te obligó de alguna manera?

—Song Yan, ¿cómo supiste sobre mi divorcio de Fu Sinian? ¿Quién te lo dijo?

—Su Ruoqing me lo dijo. ¿Es cierto lo que ella dijo? —preguntó de nuevo Song Yan.