Una expresión sin restricciones

Shi Qian se dio cuenta de que el pequeñajo había reaparecido con una bolsa y sacó un juego de pijamas.

Xiao Yan no pudo evitar sonreír al verlo así.

La escena era demasiado cómica. Era como si hubiera visto un video donde el armario de un hombre era una bolsa de plástico rota.

—Tuan Tuan, ¿eso es todo lo que tomaste? —Shi Qian vació todo lo que había en la bolsa. Eran solo dos cambios de ropa, ropa interior y calcetines.

Ahora creía que Tuan Tuan definitivamente había empacado esas cosas él mismo.

Le había traído un regalo tan grande, pero trajo tan pocas cosas.

Este pequeño acaparador realmente estaba pensando en ella.

—Un hombre no necesita tantas cosas. Estos dos juegos de ropa son suficientes. —Tuan Tuan sonó como un adulto.

Shi Qian le frotó la mejilla con dolor. —Mañana le pediré a tu Tío Tercero que te lleve de compras. —Definitivamente no podía dejar que Tuan Tuan sufriera.

Después de lavarse, Xiao Yan fue a descansar en la suite de afuera.