Al escuchar la risa de Sun Yiwu, al presidente Yang le dolían los dientes.
Luego escuchó decir a Sun Yiwu —Cuando un niño crece, tiene sus propios pensamientos y ya no puede ser controlado. Solo puedo decirle lo que quieres, en cuanto a si estará de acuerdo o no...
Presidente Yang ...
¡Realmente están abusando de la gente!
—Bien —El presidente Yang respiró hondo para calmarse—. No se preocupe, antes de esto, no sabía que Lu Man era su sobrina y pasó que la ofendí. Pero ahora que lo sé, definitivamente no crearemos problemas para Lu Man.
—Jaja, está bien, Lu Man solo es traviesa, por favor acójanla un poco —rió Sun Yiwu.
Para entonces, el presidente Yang ya empezaba a morderse los labios.