—Ahora que estaba con él, además de cuando él se iba al extranjero por trabajo, podía verlo todos los días.
—Aun así, todavía sentía que no lo veía lo suficiente.
—Cada día, cuando lo veía, se sentía como aquella vez que apenas lo conoció. Con una mirada, su corazón comenzaba a latir con fuerza, tan rápido que era anormal. Una vez que lo veía, sentía que se perdía a sí misma.
—Y ahora, después de tanto tiempo, Lu Man seguía sin cambiar.
—¿Acaso había sido alguna vez tan sincera con otros?
—Cuando otras personas decían una frase, su mente se ponía a trabajar rápidamente, pensando varios pasos adelante, intentando descifrar qué quería decir la otra persona. Era cuidadosa y cautelosa, temerosa de caer en alguna trampa, y extremadamente astuta.
—Sin embargo, con Han Zhuoli, no tenía que pensar antes de hablar.
—Si Han Zhuoli le preguntaba algo, ella respondía de inmediato, sin ocultar nada en absoluto.