—No, ¡debo hacer que esa perra se divorcie de Xishen! —Leng Yuxi juró en secreto.
Forzando las lágrimas a surgir en sus ojos, miró a Huo Xishen y dijo —Xishen, hace mucho tiempo que no nos vemos. En cuenta que crecimos juntos, ¿puedes pasar mi cumpleaños conmigo?
Huo Xishen miró a Yan Jinyi de reojo.
Ella estaba bajando la cabeza y jugueteando con el cabello frente a su frente, con la cabeza erguida con indiferencia.
—Esta mujer.
—No —dijo Huo Xishen fríamente después de unos segundos.
Yan Jinyi estaba a punto de estallar de risa.
—Ya es tan patética y aún así la rechazas sin piedad.
—Como era de esperarse del extraño Señor Huo Xishen que tiene aversión a las mujeres.
Huo Qingyuan acababa de llegar también y antes de que pudiera decir algo, escuchó a Huo Xishen rechazando a Leng Yuxi sin piedad.
—Uh...
—Segundo Hermano es definitivamente todavía Segundo Hermano. No ha cambiado ni un poco.
Con ese pensamiento, miró a Leng Yuxi con simpatía otra vez.