—Segunda Cuñada, ¿todavía estás en la ducha? ¡Sal rápido, que yo entro! —Yan Jinyi parecía bastante desorientada y petulante. Primero le echó una mirada a Huo Xishen para insinuarle que no estaba permitido salir. Luego lentamente abrió la puerta del baño y la cerró tras de sí.
De pie junto a la puerta, Huo Qingyuan se sonrojó incontrolablemente al ver a Yan Jinyi en la camisa de hombre húmeda.
—Segundo...Segunda Cuñada, ¿por qué estás vestida así? —Entró en pánico y miró el corredor antes de empujar a Yan Jinyi. Luego cerró la puerta y dijo:
— Segunda Cuñada, ¡estás frita si otro hombre que no sea Segundo Hermano te ve así!
—Pues, es porque no paras de apurarme.
Huo Qingyuan fingió no escucharla y en cambio exclamó:
—¡Segunda Cuñada, mira el regalo que te he traído!