Jiang Xun se levantó y escuchó que la otra parte le pedía que se fuera.
La mirada de Jiang Xun tembló por un momento, pero luego se volvió resuelta.
—¡Cámara! Capta la cara de Jiang Xun —dijo Mingguan.
El camarógrafo le dio un primer plano a Jiang Xun y capturó claramente sus ojos decididos y suaves.
Las comisuras de la boca de Jiang Xun se curvaron imperceptiblemente, y sus ojos estaban llenos de calidez.
Era como si se resistiera a dejar este mundo, pero también como si estuviera decidida a enfrentar la muerte.
En la oscura celda, la calidez en los ojos de Jiang Xun era como un rayo de luz, haciendo el lugar oscuro un poco más cálido.
Mingguan observó la actuación de Jiang Xun sin palabras. ¡A través de la pantalla, vio protección, rectitud y un gran amor por este país en los ojos de Jiang Xun!
Vio a Niannian usando su pequeño cuerpo y delgados hombros para sostener una carrera tan grande.