Zhuang Ning rellenó la taza de té de Ye Cheng mientras decía perezosamente:
—Joven Maestro Ye, por favor déjame ir. Si eso sucede, a ti te llamarán un joven maestro enamorado, y a mí me etiquetarán como la zorra que te hechizó.
Ye Cheng miró a Zhuang Ning y dijo:
—Zhuang Ning, tú me gustas más. Conoces mi corazón.
Zhuang Ning sonrió de forma no comprometida.
Ye Cheng preguntó:
—Zhuang Ning, si me caso con alguien a quien no amo por el bien de mi familia, ¿aún me acogerás como ahora?
Zhuang Ning levantó una ceja mientras decía:
—Joven Maestro Ye, ya es suficiente. No importa cuál sea tu razón, sigue siendo un matrimonio. No hay necesidad de usar a la familia como excusa. En cualquier caso, si te casas, cortaremos lazos y no tendremos nada que ver uno con el otro nunca más.
Zhuang Ning vació su taza de té después de hablar.
Ye Cheng sonrió amargamente y tragó las palabras que colgaban en la punta de su lengua. En su lugar, solo dijo:
—Zhuang Ning, eres demasiado terca.