Fu Shiyi se apresuró todo el camino hasta el aeropuerto en su coche deportivo como si condujera un jet y luego abordó con Fu Hanzheng.
Al ver la cara oscura de su hermano, lo consoló con una sonrisa forzada.
—Hermano, la cuñada siempre ha tenido mucha suerte. ¡No le pasará nada!
—Debe ser su torpe agente quien no puede encontrarla por el momento.
….
Sin embargo, a pesar de lo que dijo, la cara fría de Fu Hanzheng no mostró reacción alguna. Todo lo que hizo fue pedir a los miembros de la tripulación que despegaran lo antes posible.
Tomó tres horas volar desde la capital hasta Tierra F.
Esas fueron las tres horas más largas de la vida de Fu Hanzheng. Oraba a Dios que en el momento en que bajara del avión, ella lo estuviera esperando sana y salva, diciéndole que no pasó nada.
Sin embargo, tres horas después... el avión aterrizó en Tierra F y nada de lo que siguió fue lo que él había esperado que ocurriera.