—Yo digo que no —Yuan Shuo dijo.
—¡Yo digo que sí! —Yuan Meng lo miró furioso.
Sus viejas heridas nunca habían sanado, porque vivían como forajidos y no habían continuado con el tratamiento.
Pero ahora tenían la oportunidad de quedarse para que él sanara completamente y ahí estaba él, siendo todo emocional.
—Si nos quedamos aquí y la Familia Fu empieza a sospechar de Weiwei... —Yuan Shuo echó un vistazo a Gu Weiwei y dijo ansiosamente.
Eran demasiado buenos amigos como para comportarse como extraños, así que todo sobre ellos era muy sospechoso.
Si su comportamiento revelara algo, sería muy difícil para ellos explicarlo.
—¿Nadie sabrá que ella es Gu Weiwei, si ninguno de nosotros revela la verdad? —Yuan Meng dijo.
A menos que Fu Hanzheng pudiera ver a través de su cuerpo y alcanzar su verdadera alma.
—No es correcto que nos quedemos aquí —Yuan Shuo seguía aferrado a sus propias ideas.