Beso

—Apoyada perezosamente en él, Gu Weiwei preguntó.

—¿Cuándo llegaste?

—Justo acabo de llegar —Fu Hanzheng se giró y le besó la frente—. ¿Has estado esperando mucho tiempo?

También quería venir aquí lo antes posible, pero aunque viniera lo más rápido que podía, el avión todavía tardaría más de diez horas en llegar.

Por suerte, en el momento en que el avión aterrizó, recibió la noticia de que ella había sido encontrada.

Acababa de llegar cuando la vio bajarse del avión.

—No, pensé que no estaría en casa hasta mañana —Gu Weiwei dijo con una sonrisa.

Según sus estimaciones, incluso si la búsqueda era rápida, solo habrían sido encontrados mañana.

Sus hombres la habían encontrado hoy, lo cual ya superaba sus expectativas.

—¿Por qué iba a hacerte esperar? —Fu Hanzheng dijo.

Especialmente cuando se enteró de que Gu Siting también había venido a Australia.

—He estado pensando en ti y esperándote al mismo tiempo —Gu Weiwei miró hacia arriba y dijo con una sonrisa—. No esperé tanto.