Jolin abrió las manos de Weiwei y las mostró mientras rugía furiosamente.
—Ahora te haces la víctima, después de robar las propiedades de la Familia Mu y echarla de la casa, para que se quedara fuera lavando platos. ¿Por qué deberíamos compadecerte?
—Ella solo está recuperando lo que le pertenece, ¿y tú intentas matarla?
…
—Yo… Yo no… —La Anciana y Li Xiangxiang se sobresaltaron por lo que vieron.
Solo la había empujado un poco, ¿cómo golpeó la mesa y sangró tanto?
—Te lo advierto, si alguno de ustedes se atreve a molestarla de nuevo, no me culpen por ser descortés —dijo Jolin enojado y siguió a Weiwei y a los asistentes afuera.
El personal de la estación de televisión había pensado que esta Anciana era lamentable, pero cuando la vieron empujar a Mu Weiwei contra la mesa, perdieron toda simpatía.
Entonces, uno del personal entró y los echó.:
—Mu Weiwei no les debe nada, si aún tienen conciencia, devuélvanle las propiedades.