Gu Weiwei apretó los dientes. —Claro que podría, pero si puedo encontrar a He Linna, ¿para qué le preguntaría a él?
—Simplemente no entiendo por qué no le pides ayuda a tu novio cuando tienes problemas. ¿Para qué sirve tu novio? ¿Solo está ahí para calentar la cama? —bufó Yuan Meng.
—Volvamos al asunto principal —Gu Weiwei la detuvo para que no cambiara de tema.
Yuan Meng dio una calada a su cigarrillo y se quejó.
—Estoy hablando de asuntos serios. Me pediste a mí y a mi hombre que te ayudáramos en lugar de a él. ¡Me debes!
—Gastaste tanto de mi dinero, ¿de verdad no me debes nada? —preguntó Gu Weiwei.
La pregunta asustó a Yuan Meng.
Ella solía solo matar gente, pero después de juntarse con Yuan Shuo, no pudo hacer otra cosa aparte de ser una esposa y una madre. De hecho había gastado mucho dinero.
—Ah, He Linna, ¿verdad? Conseguiré a alguien para que la verifique.