—Hermano Xiaoran, Zhou Zhou es un buen hombre. Él es sincero contigo y valora las relaciones. Simplemente no puede olvidar a Qianqian. Sisi puede pasar tantos años con él sin ningún arrepentimiento. Ella no quiere su dinero ni su fama. Una chica así es muy limpia. Personas como ella son realmente muy puras. Cuando están juntos, pueden entenderse y tolerarse y convertirse en amigos. Me temo que después de que se separen, extrañarán a la persona más adecuada para ellos en esta vida. —dijo Qiao An, apoyando su cabeza en su pecho y hablando con pesar.
—¿Así que hiciste tanto para que conozcan sus corazones? ¿Quieres que vuelvan a estar juntos? —preguntó Huo Xiaoran al escuchar las palabras de Qiao An, sintiendo también que Huo Zhou y Sisi eran muy compatibles.
—He sido favorecida por ellos durante los últimos cuatro años. Sisi me trata como a su hermana y siempre me consuela cuando estoy deprimida —asintió Qiao An.