Maternidad Depresiva, Amor

Huo Xiaoran asintió. —Entiendo.

Así, el padre y el hijo llegaron a un acuerdo de no reconocer a la familia Lu por el momento.

Sin embargo, el señor Qiao era una persona sensata. Sabía el dolor de Halcón al extrañar a su familia. No permitiría que el amor de Qiao An se viera restringido en una pequeña situación.

Por eso, al día siguiente, el señor Qiao envió a Halcón y a Huo Xiaoran lejos. Lo discutió con Qiao An, que estaba tomando sol en el patio.

—An'an, sé que no estás bien de salud. No debería decirte esto en este momento. Pero también temo que arrastres a Halcón y a Xiaoran y les causes arrepentimientos.

Qiao An estaba atónita. —Yo no les prohibí reconocer a su familia.