—¿Mirar hacia abajo? ¿Mirar hacia abajo dónde? —Zhao Youlin frunció el ceño en desconcierto. Un segundo después, como si hubiera caído en cuenta de algo, de repente estrechó los ojos. Aún sosteniendo el teléfono en su mano, se asomó inmediatamente por su ventana y miró hacia abajo la calle frente a su casa.
Las brillantes luces de la calle parecían estar cubiertas por un velo bajo la luz de la luna, haciéndolas parecer más suaves y menos deslumbrantes.
En ese mismo instante, un hombre con un fino traje estaba parado junto al parterre al borde de las farolas. El hombre también sostenía un teléfono. Cuando Zhao Youlin se asomó por su ventana, él levantó la cabeza lentamente al mismo tiempo.
No había emoción en el rostro conocido y apuesto, aunque sus profundos ojos estaban llenos de ternura bajo la suave y radiante luz lunar.
Bajo la misma luna llena, estas dos personas se miraban fijamente. Una estaba arriba y el otro abajo.