En el otro lado, sosteniendo el desayuno en sus manos, Zhao Youlin caminó hacia la puerta de la habitación que Su Jifeng le había indicado y levantó la mano para llamar a la puerta.
No tardó mucho en llegar una voz familiar desde el interior de la casa. —Pasa.
Quizás porque Su He acababa de despertarse, su voz sonaba un poco más ronca de lo habitual. Zhao Youlin sonrió. Abrió la puerta de la habitación y entró.
—Solo deja el desayuno ahí. Yo... ¡Youlin! —Su He acababa de vestirse. Estaba apoyada en la cama y no tenía ganas de levantarse. Cuando escuchó el sonido de la puerta abriéndose, pensó que era la criada quien traía el desayuno. Así que quería que la criada primero pusiera el desayuno a un lado. Lo comería más tarde cuando estuviera completamente despierta.
No esperaba que cuando se diera la vuelta, viera a alguien que no debería estar allí. Soltó un grito de sorpresa. —¿Qué haces aquí?